ISLA DE LOBOS

La novela de José Vicente Pascual, Isla de lobos, es una de esas maravillas que solo de vez en cuando nos pasa a los lectores con algo de suerte, y digo suerte por poder encontrarnos con estas joyitas.

Es una historia que comienza con un naufragio y que, desde las primeras líneas, arranca sonrisas por la peculiar manera con que se usa el lenguaje. Los personajes (incluido el narrador, que es de los principales) hablan con palabras, términos y frases pretéritas y en desuso, aunque ricas tanto en su elegancia antigua como en la sabiduría que acarrean. La trama se desarrolla en una isla de donde nadie se escapa y en la que nadie se muere de viejo o en la que nadie nace. Este pedazo de tierra es un auténtico universo maravilloso en medio de todo, pero que no es parte de nada. Allí el tiempo no se mide como en todos lados, porque en Isla de lobos el tiempo no pasa igual para todos sus habitantes.

Sin dudas esta es una magnífica novela que mantiene al lector todo el tiempo con un regusto evocador a La Odisea, El reino de este mundo, Gulliver, Cien años de soledad y hasta el último libro de La biblia, por si fuera poco.

Isla de lobos cuenta con tantos elementos a su favor que asusta atreverse a nombrarlos: prosa riquísima, a lo Carpentier, derroche de metáforas tremendas, un narrador que se luce y alardea de rebueno contando historias, personajes más redondos que una bola de billar, y una trama real-maravillosa que dan ganas de que el libro no termine nunca, al menos que no termine tan rápido.

En 2016 la novela ganó el Premio Valencia Alfons el Magnànim de Narrativa, y es una de esas lecturas que uno disfruta al máximo y recomienda a todo el que quiera pasar un buen rato con un extraordinario libro en las manos.

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