He encontrado muy pocas reseñas y valoraciones de Kudryavka (Perra de pelo rizado), la novela ganadora del XXIII Premio Unicaja de Novela ‘Fernando Quiñones’, escrita por Xenia García, y publicada por Alianza Editorial. Lo poco que he encontrado ha sido desbordante y grandilocuente: la reseña de Salva Robles en su blog, la valoración de Mayte Blasco en Goodreads, las opiniones impresas en la solapa del libro.

Se trata de una novela potente y cruda y muy valiente, de eso no me queda ninguna duda. La narración, a modo de desahogo y catarsis del personaje, sirve para contarnos una historia en la que, sin demasiado esfuerzo, el lector irá descubriendo lo que ha sucedido. La novela tiene una fuerte dosis psicológica y una contundente crítica social sobre un tema que, sin importar lo repugnante y monstruoso que sea, se repite en todas las sociedades y en todas las épocas.
Es una historia escrita de manera tan rotunda y convincente que uno podría sospechar que es autobiográfica, aunque no hay ninguna constancia de ello. Al menos, que yo sepa.
Es una buena novela, sin embargo, no es para todo tipo de lector. No lo digo por la historia que narra porque ahí no hay nada nuevo. De eso se ha escrito ya mucho, aunque nunca será suficiente. Lo digo por la manera de contar de la escritora española: por la saturación de simbolismos, por la sobreabundancia de lirismo, por lo indirecto —a veces— en el enfoque, en la perspectiva.
En varias ocasiones tuve la sensación de estar presenciando una obra de teatro en lugar de estar leyendo una novela. Una muy buena obra de teatro, quede dicho. Hay merito en esta manera de escribir, ya lo creo, pero como lectura me pareció demasiado, por momentos opresora. Por eso opino que no es para todos, aunque yo qué voy a saber.
El final no podría haber sido mejor en una obra como esta.
«Voy a escribir una novela…» dice el personaje a 19 páginas del punto final «…Voy a transformar todo esto en mentira —no, en mentira no, en ficción— para que entonces sea más verdad que nunca y así poder olvidarlo»
Y es de así como la autora convierte el horror en arte.