“Don Carlos, ¿regresa a vivir a España?”, me preguntó un vecino extrañado de la avenida Brickell, donde vivía en Miami. “No. Me voy a morir a España”, le respondí amablemente, con una sonrisa, y seguí mi camino.”
“Don Carlos, ¿regresa a vivir a España?”, me preguntó un vecino extrañado de la avenida Brickell, donde vivía en Miami. “No. Me voy a morir a España”, le respondí amablemente, con una sonrisa, y seguí mi camino.”