Rosa Montero y Oliver Truc se han unido para crear, a cuatro manos, una novela negra a la que titularon, La desconocida.

Se trata de un libro corto, ágil y dinámico, del que el lector no debe esperar demasiado. Los personajes son planos y la historia bastante predecible. Pero el ritmo es dinámico y la acción está presente en cada momento. Si te sobrepones a la simplicidad de la novela, te prometo que no te aburrirás con ella.
Sospecho que la historia fue concebida de esta manera. Según las notas de la editorial al final del libro y según lo que ha publicado la escritora española en su cuenta de Instagram, se trató de un encargo que hubo de realizarse en el tiempo record de tres meses y que presentaba el reto de que cada autor debía escribir el próximo capítulo a partir de lo que el otro autor había escrito antes. No creo que en un proyecto con estas características Montero y Truc pretendiesen ahondar en la psicología de los personajes u otorgarle profundidad a la trama, más allá de los hechos y acciones que se narran.
A mí me ha gustado, me ha entretenido y hasta me ha divertido. Reconozco que ni siquiera se acerca a otros trabajos de Rosa Montero (pueden leer lo que opino de ella aquí, aquí y aquí), pero eso no significa que no haya disfrutado de La desconocida.
Hay algo que sí me ha molestado y que debo señalar: no todo el mundo habla como lo hacen los españoles, por Dios. Ni los franceses ni los peruanos dicen gilipollas, por ejemplo. Es más, no hay nadie en el mundo que diga eso, a no ser que sea español o viva en ese país. Lo mismo ocurre con otras muchísimas frases populares y con usos de los tiempos verbales, que, aunque estén bien, únicamente se utilizan de esa manera en España. Supongo que la responsabilidad de eso, en el caso de esta novela, recaiga en los traductores. Pero da igual porque es una característica recurrentemente molesta en todas las ediciones que se realizan en ese país y hasta un señalamiento por parte de lectores españoles cuando leen a autores de otras nacionalidades. Para nuestros amigos ibéricos tal parece que no existe otra manera de hablar en castellano que no sea la de ellos. A ver si le cambiamos, por ejemplo, gilipollas por comemierda, tío por acere, joder por manda p…, vosotros por ustedes y coche por carro o automóvil. Aunque imagino que entenderían muy poco, estaría bien escrito de las dos formas, siempre que se atribuya a la forma de hablar real del personaje, según su procedencia e idiosincrasia.
En fin, eso será tema para otra entrada, no para esta. Aquí vinimos a hablar de La desconocida y, si no andas en busca de literatura profunda, y quieres pasar un buen rato con una lectura trepidante y rápida como una película de Bruce Willis, esta puede ser la novela que buscas.
Es muy interesante eso que mencionas de la manera de hablar de los españoles y como lo trasladan a todos los libros sin importar en que lugar del mundo estén ambientados. Es un tema que a mí me molesta mucho, porque no me permite ambientarme correctamente me pasó con una trilogía de un autor italiano y en el segundo libro ya me había ido a España pese a que se sitúa en Italia. Ni te digo con los libros de autores nórdicos que los personajes viven con el gilipollas en la boca, y las muchas expresiones que usan, cuando está claro que no se expresan así. Y es algo de lo que poco se habla, de hecho eres la primera persona que veo que toca el tema.
Suelo enviar mis manuscritos a lectores 0 y a correctores españoles, aunque también contrato los servicios de una correctora argentina. Pero en cuanto a los de España (que son muuuy buenos), siempre me veo luchando contra ellos porque quieren que escriba “vosotros” en lugar de “ustedes” y por ahí un poco de cosas más.