TAXI

Taxi, de Carlos Zanón, es un libro difícil de valorar.

Durante siete días, Sandino, el personaje central, recorre las calles de Barcelona detrás del volante de su taxi, intentando escapar, sobre todo, de sí mismo. En la trama se mezclan historias de pasajeros, memorias de Sandino y hechos que ocurren en el presente narrativo, y que hacen, en conjunto, que la novela sea una maraña de crudo existencialismo en manos de un puñado de perdedores.

Es una novela difícil de valorar porque podría ser tanto una excelente obra con plausibles técnicas narrativas, como un chorizo pretencioso y aburridor. De ahí que encontremos tan diversas sentencias de lectores en Amazon y en Goodreads.

UNA NOVELA QUE PECA DE EXCESO DE LO BUENO.

Lo que hace extraordinaria a la narración es precisamente lo que atenta contra ella, por falta de medida, de regulación, de dosificación. Sobra tanto existencialismo, tantas metáforas, tanto recurso narrativo, que agobia al lector y lo obliga a dejar el libro a medias o a que, como yo y otros, según he leído, saltemos párrafos y hasta páginas enteras (en plural). Me cuesta otorgarle una valoración negativa o demasiado pobre porque reconozco una técnica y una habilidad en el autor de la que muchos escritores carecemos, pero, como ya he dicho, me sobra mucho de eso bueno.

Leer Taxi es, no sé, como comer un Pulpo a la gallega fresco, pero con exceso de pimentón o nadando en aceite de oliva, o como tomar un Bourbon con demasiado gusto a madera, o como escuchar la música de Bach a un volumen muy elevado y durante todo el puñetero día. Se entiende lo que intento decir, ¿verdad?

Es por ello que mi valoración se mantiene en el centro de equilibrio y de cinco estrellas, le otorgo tres, justicas.

Hasta ahora no había leído nada de Carlos Zanón y después de leer Taxi, seguramente leeré algo más de este escritor. Pero por ahora dejaré que pase el tiempo antes de regresar a él. Necesito espacio y aire fresco.

Si te ha gustado esta valoración no dejes de leer otras AQUÍ.

Un comentario sobre «TAXI»

Deja un comentario