ACTITUD DE DESCUBRIDOR

Durante nuestras vacaciones —siempre que nos es posible— hay un tema recurrente, viajar. Ya sea que vayamos a la ciudad de Nueva York para admirar su arquitectura, descubrir sus magníficos restaurantes y disfrutar de los inigualables musicales de Broadway, como a una isla del Caribe, a las montañas de Tennessee, a las fabulosas Vegas, a la incomparable New Orleans, a la siempre intensa California, o a —nuestro destino favorito— Europa, con sus castillos y palacios, su excepcional gastronomía, sus catedrales y monumentos, sus bosques embrujados y sus miles de años de historia. Lo nuestro es viajar siempre y tanto como podamos.

No obstante, nuestros últimos días libres del 2022 decidimos —después de mucho debate— pasarlos en Miami, nuestra ciudad cuartel.

Nos propusimos que la última semana del año la viviríamos de manera similar a lo que hacemos durante nuestros viajes, cosa que no es nada fácil si se tiene en cuenta que hace más de un cuarto de siglo que vivimos aquí y nos conocemos prácticamente todos sus rincones, por lo que no queda mucho que pueda sorprendernos. Pues nos pusimos a ello y algo habremos conseguido porque nos la pasamos bomba.

Alternando con visitas al cine, a restaurantes, cafés y bares (bastantes) que nos son familiares, y que son siempre muy recomendables, nuestra semana de «descubrimiento mayamero» nos permitió ir por primera vez a algunos sitios que, a pesar de haber estado ahí durante mucho tiempo, no conocíamos.

Entre estos se encuentra el Palacio de Vizcaya, con su extraordinaria arquitectura y su exquisita decoración. El recorrido por los jardines, con una temperatura de cuarenta grados Fahrenheit y bajo una perene llovizna nos trajo la sensación de encontrarnos visitando alguno de los castillos o palacios que habíamos visto en Francia o en Italia.  Otro lugar que descubrimos es el restaurante Narbona, en el corazón de Coconut Grove. También fuimos por primera vez al Jardín botánico y al Monumento Memorial del Holocausto, en Miami Beach. Otro sitio nuevo para nosotros fue el Museo de las ilusiones, que por desgracia resultó ser una mala experiencia.

Nuestra expedición de descubridores continuó con una visita al Wat Buddharangsi Buddhist Temple, un templo budista que se erige en medio del área más agrícola de todo el condado, en Homestead. No pudimos entrar al templo porque estaba cerrado, a pesar de que la información en internet decía otra cosa. Tuvimos que conformarnos con los alrededores, los portales y el apacible jardín, aunque pudimos acercarnos a un gran altar de Buda en un área techada junto al templo, donde vimos a varios monjes de cabeza rapada y hombros descubiertos.

También descubrimos el Schnebly Readland’s Winery. Se trata de un viñedo donde se produce vinos a base de frutas tropicales (mango, coco, guayava, maracuyá y hasta aguacate). Los vinos frutales no son lo mio, prefiero el vino de uva de toda la vida y si es frances mucho mejor. Sin embargo la experiencia en el viñedo bien vale la pena. Las instalaciones son muy acojedoras y la atención no podría haber sido mejor.

Como he dicho antes, todo esto lo fuimos alternando con otras actividades como el cine y la Ópera. Y por supuesto, con la diversión y el esparcimiento que permiten los launges, cafés y bares de Miami, que de estos últimos hay muchos y muy buenos, pero que no hace falta nombrar, a acepción, tal vez, de The Cellar Club Bar en el hotel Biltmore; Galiano Cigar Room; Astra Miami en Wynwood; Bumbury en los bajos del Square Plaza… ven, ya me enrollé con los bares.

Lo interesante de todo esto es que mi esposa y yo conseguimos pasar unos días de vacaciones en nuestra propia ciudad, sin que nos faltara la sorpresa del descubrimiento, que es, sin dudas, lo mejor de viajar y lo que más felices nos hace. Tal vez la buena actitud sea la clave de todo y de eso, algo tenemos ella y yo.

Espero que el 2022 haya sido estupendo para quienes lean esta entrada y deseo de todo corazón que el 2023 nos traiga a todos (yo incluido), libertad para viajar a donde queramos, para pensar sin condiciones, para leer mucho y para amar con todas nuestras fuerzas y tener siempre cerca a los que de verdad nos importan.

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